Conversamos con Carolina y José de la Asamblea Jáchal No Se Toca.
Aunque parezca mentira, el agua que tomamos cada día y sostiene nuestras vidas no viene de las canillas de nuestras casas. Esa valiosísima agua dulce, potable y disponible, que es apenas el 0,007% del total del agua del mundo, muchas veces recorre muchos kilómetros para saciar nuestra sed. Una parte grande desciende de los glaciares cordilleranos nutriendo tierras, cultivos, personas, y también historias y culturas. Siempre fue así. Pero hoy el agua y la vida que sustenta están bajo amenaza.
De entre muchos emprendimientos megamineros, Veladero de la empresa Barrick Gold, en el departamento de Iglesia, en la provincia de San Juan, consume 110 litros de agua por segundo, 9,5 millones de litros diarios que en vez de sustentar los ciclos de la vida, van a mezclarse con cianuro para extraer oro de millones de toneladas de roca en que son convertidos cerros enteros a pura dinamita. Ese oro en su enorme mayoría va a volver a enterrarse en bóvedas, para que los ricos del mundo puedan seguir sosteniendo su condición de “ricos”. A contramano del sentido común más elemental se anuncia la modificación de la Ley de Glaciares para hacerle lugar a nuevos emprendimientos mineros ahí donde el agua nace. ¿Con qué vaselina han sido capaces de meter adentro de “progreso” una actividad así? ¿Qué márgen hay para adjetivarla como “sustentable”?
No obstante, ahí mismo donde esta locura se desarrolla, hay otra locura en curso: un grupo de vecinas y vecinos, que se hace llamar Asamblea Jáchal No Se Toca, se organiza contra el saqueo, y sostiene ininterrumpidamente (día y noche, desde hace 2 años) una carpa (azul) en la Plaza de la ciudad para un diálogo permanente con la población. ¿Qué significa ser guardianes del agua? una posible respuesta, en boca de la gente más sencilla, está ahí adentro…
Leer Completa la Entrevista a la Asamblea Jáchal No Se Toca: «Somos defensores del agua, de nuestra agua»